Tumbarse a la Bartola

Complicada esta expresión. Todo cambia tanto con los tiempos, las actividades humanas, las costumbres, y hasta sus consecuencias… Pero hay cosas que no cambian, los Santos y las expresiones. San Bartolomé, es uno de los doce Apóstoles de Jesús, y a uno de los que se apareció en el Mar de Tiberíades después de su Resurrección, y sigue celebrándose el 24 de Agosto, fecha en la que terminaba la cosecha, y que hasta el comienzo de la vendimia había poco quehacer en el campo y se podía holgazanear, es decir – tumbarse a la bartola -. Ahora con las cosechadoras nada de nada.
Bartolo, lógicamente la contracción y su femenino Bartola. Siendo así, aparecerán en vuestras mentes ideas un tanto libidinosas, lascivas, y hasta un tanto pecaminosas. Pues nada de eso, en absoluto.
Aunque la palabra bartola como tal, no aparece en el Diccionario, si se encuentra en él: – Tumbarse a la bartola – como locución adverbial que significa “Despreocupadamente y sin cuidado”.
Existe un ejemplo histórico llamativo de esta expresión, que es el reinado durante 44 años de uno de nuestros Austrias menores: Felipe IV. Tiempo durante el cual pueden perfectamente diferenciarse dos etapas, una de ellas en la que entrega todos su poderes a su valido, el Conde Duque de Olivares, permaneciendo él, “tirándose a la bartola”. Y otra desde 1643 a 1665, en que él mismo toma las riendas de la política del Estado. Tienen desafortunadamente pocas diferencias ambas
Atendiendo que a Felipe IV, se le conocen además de sus catorce hijos de sus dos matrimonios, hasta un número próximo a treinta hijos bastardos, con solo dos reconocidos. He de considerar por ello, que no ha sido muy afortunada la elección del personaje histórico. Tenéis razón.
Puede tomar por ello certeza aquí, que aquellas ideas lascivas vuestras puedan estar justificadas ahora, al intentar averiguar cuantas “bartolas” fueron en aquellos momentos burladas, defraudadas y hasta seducidas y que ello, pueda provocarnos un verdadero equívoco. Y no ha de ser así. Perdón por la elección del personaje histórico.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *