Seca la garganta ni habla ni canta

Puede parecer esta expresión una de esas frases frívolas, chistosas, y hasta divertidas que se incluyen a veces en cantares desenfadados con respecto a la bebida… hasta podría ser.
Sin embargo, en su estricta literalidad nos habla de una sensación que a menudo se convierte en exigencia, como es la sed.
En el mecanismo fisiológico del equilibrio del agua en el organismo, existen ocasiones en que el requerimiento de líquidos se convierte en verdadera desazón. En momentos puntuales, por calor, sudor, ejercicio, angustia y algunas otras, se provoca mayor concentración de sales minerales, con lo que el cerebro nos induce a beber ya, con verdadera ansia.
Fijemos nuestra atención en estas circunstancias: Calurosos campos cercanos a Bailen. Canícula de Julio de 1808. Al frente, un ejército de tropas francesas vencedoras en batallas por toda Europa. Angustia, o casi miedo y ansiedad. Fatiga, sudor, en fin todos los condicionantes para la sed. Tanto, que el agua se convierte en una de las claves de una batalla que se dio, precisamente allí.
La Batalla de Bailen.
Los mandos de ambas tropas, la francesa y la española estaban a cargo de dos Generales, Dupont por parte francesa y Castaños por la española.
Pero aunque pueda parecer inaudito, existió otro General… – el Agua –
Su abastecimiento fue decisivo en el desarrollo de la contienda, y es único, verdadero y decisivo mérito de la población civil, su suministro.
Bien, pues su distribución está personalizada en una mujer: María Bellido.
Una verdadera heroína que parece ser, se tiene noticia de su valor al llevar un cántaro a los soldados, que fue agujereado por proyectiles enemigos.
Está así representado, hasta en el escudo de la ciudad.
Tengamos un fraternal recuerdo para ello.
No, no fue decisiva aquella victoria pero significó la primera derrota de aquellas invencibles tropas que pudieron llegar a dominar el mundo.
Admitiendo que hasta es posible que la expresión pueda no tener nada que ver con la Batalla, lo verdaderamente extraordinario es que nadie podrá negar la coincidencia.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *