Sálveos Dios, Ducado de a dos, que el señor de Chievres no topo con Vos.

Interesante de verdad esta frase, expresiva, cierta, efectiva y hasta lamentable. ¿Nos interesa su origen?
Reconozcamos con sinceridad, que las corrupciones modernas producen verdadera hilaridad, en una palabra, son de verdadera risa. FILESA, Pujol, El 3% Catalán, Bárcenas, Urdangarin, Los Eres, la Gulter, etc. etc. son auténticas chiquilladas, que nos aproximan a la ternura de la conmiseración, al compararlas con las antiguas.
Por ejemplo, la de los – flamencos -, a su llegada a España, acompañando a Carlos I, el que después sería Emperador de Sacro Imperio. Carlos V.
Isabel I, nuestra Isabel de Castilla, ya se lo temía, desde la muerte de su único hijo varón Don Juan, heredero de las Coronas de los Reinos, el pasar a ser Juana, la no muy “cuerda”, heredera, y casada con el primer Felipe, y el primer sinvergüenza, y ya ordenaba ella entonces: que no se pudieran ofrecer a extranjeros alcaldías, beneficios, dignidades ni obispados.
El arzobispado de Toledo, Primado, con unas rentas en aquel momento de ciento cincuenta y cuatro mil ducados, con setenta canónigos y más de cien capellanes, era por supuesto, y desde el fallecimiento de su titular, el Cardenal Cisneros, el más destacado de España. Bueno, pues si pasáis por Toledo, y observáis los retratos de los titulares, encontraréis uno jovencito que fue arzobispo desde el año 1518 al 21, llamado Guillermo de Croy, y que murió sin haber venido nunca a España.
Era el sobrino de otro Guillermo, el señor de Chievres, otro flamenco, otro granuja, que también llegaba con Carlos, del que era su tutor. Este no era eclesiástico, era -político-, naturalmente, Fue el que nombró al arzobispo, y por supuesto también, ladrón y de los peores. ¿Cuántas riquezas no confiscaría? que hasta puso de moda la frase. Ya no quedaban circulando ducados de los de entonces, que los llamaban, de a dos.
Llegaron a tanto las corrupciones de aquellos años, que hasta una guerra provocaron. La de los comuneros de Castilla, y hasta si parecerá ahora justa, que tienen calles muy cercanas en Madrid en su honor, y con sus nombres Padilla., Bravo y Maldonado.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *