Poner una pica en Flandes

Esta expresión se emplea frecuentemente cuando quiere manifestarse que algo es desmesuradamente caro y dificultoso.
El significado de una – pica – en aquellos tiempos, era un soldado. Y el hecho de ponerla, en lo que siempre se ha conocido como Flandes, que son los actuales Países Bajos, es decir Bélgica y Holanda. Territorios que formaban parte de nuestro Imperio, en los que suponía un costo altísimo, poner un soldado, puesto que Francia como enemigo ancestral, nunca permitió el paso de soldados españoles por su territorio. Y el viaje suponía, barco a Italia, y desde allí rodeando Francia hasta Flandes. Se llamaba entonces – Camino español – pues era todo por territorio propio, pero muy largo. Lo decía claramente, uno de nuestros mayores enemigos, aquel Cardenal, para nosotros de triste memoria, llamado Richelieu.
Bien es verdad, que era similar a otra expresión que también se decía entonces – Poner una lanza en Orán – y sería verdad, ya que por aquellos tiempos – Hacer las Américas – podía parecer más incierto, aunque mucho más lucrativo, y menguaba mucho la soldadesca.
Eran, no hay duda, los tiempos de nuestro esplendor histórico. La España Imperial, corrían los siglos XIV y hasta el XV incluso el XVI, y poco, pero hasta el XVII.
¿Flandes? Dice Javier Esparza, y tiene razón, fue nuestro Vietnam.
Parece natural ahora, que este miserable Puigdemont, se fuera allí, con los flamencos, que han sido siempre y lo siguen siendo ahora, los más furibundos enemigos de España. No podía ir a otro sitio.
El canalla de entonces allá por 1568, se llamaba Guillermo de Orange, dirigente de aquellos despreciables egoístas, lo manipuló todo, pero al fin y al cabo, encubierto en motivos religiosos. Abominable.
Pero es que el catalán este de ahora, ya ni con motivos religiosos lo disimula… ¡Será sinvergüenza!

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