¿Expresión? ¿Coplilla? ¿Estribillo? ¿Cantinela?.… en fin, ¿Qué más da?
El hecho cierto es que durante algún tiempo esa especie de chascarrillo jocoso, aunque a la vez irónico y mordaz, se repetía machaconamente por la sociedad de aquellos años, sobre mediados del 1800.
Cierto que no se puede afirmar, que fuera una expresión para definir nada más que su simple enunciado, pero también nada menos.
Y… ¿a quién se referían al nombrar al tal: Paco Natillas?
Pues nada menos que a Don Francisco de Asís de Borbón, Rey Consorte de España, por su matrimonio con la Reina Isabel II.
Ahora no tanto, aunque llamemos: “Marques de Colmenar” a Pablo Iglesias, pero de cualquier forma, siempre el mordaz y agresivo ingenio del pueblo español, ha sido así. En este caso, lo de Paco Natillas hacía referencia precisamente en la segunda parte de la cantinela, a que Don Francisco de Asís de Borbón, padecía una malformación congénita conocida como -Hipospadia –, o retracción anormal del conducto uretral, por la cual los varones que la padecen presentan la salida de la uretra al exterior, no en el extremo distal del pene, si no en su parte proximal, lo que define su imposibilidad de orinar de pie.
Cierto que de siempre fue del dominio público la homosexualidad del personaje; amanerado, de voz atiplada y andares que siempre fueron definidos como de muñeca mecánica.
La verdad es que nunca tuvo las simpatías ni el aprecio de casi nadie. Pero como siempre en estos casos ocurre, que eso a lo que ellos denominan “orgullo”, consistente en su reacción negativa ante la mayoría, viene dado frecuentemente, y en este caso también, no por sus preferencias sexuales, que no suelen importarle a nadie, y sí solo por su calidad humana.
Este, además era un chantajista, manipulador, malintencionado, tramposo, y sobre todo un traidor.
Un verdadero encanto de hombre.