Nunca… sin algo sólido

Dícese, de lo inconveniente que resulta beber alcohol en ayunas.
Es frase que ahora se usa poco, pero que en pasados tiempos era muy empleada, y que deberíamos seguir usando cuando nos sirven alguna bebida en cualquier establecimiento. Tiene su origen en que reinando Alfonso X llamado “El Sabio”, allá por el siglo XIIl, al que por cierto aparte de otras muchas cosas, los españoles hemos de agradecerle que nuestro idioma lo hablen hoy en día casi 500 millones de personas en el planeta, y los nacidos en Ciudad Real más, ya que les fundó la ciudad en 1255, incluso sin saber que siglos después tendría allí parada el AVE. Como decía… dio el Rey órdenes muy concretas para que en todas las tabernas y posadas de sus Reinos, nunca se ofreciera vino a nadie, sin al mismo tiempo algo sólido de comer.
Era sin duda, el embrión de lo que ahora llamamos la “tapa” o “aperitivo”.
Al propio Rey, un médico judío le había recomendado esta medida con el fin de remediar los frecuentes ardores de estómago que padecía, posiblemente a consecuencia de una gastritis.
Aunque la palabra “tapa” se conoce como tal, desde que muchos años después, así como 600, otro Rey Alfonso, en este caso el XIII, presenciando un partido de polo en Sevilla, tenía servida una copa de vino fino.
En el ambiente había polvo y un camarero le dijo:
-Majestad, me he permitido cubrir su vaso… Era una loncha de jamón… -Muy bien. Eso es, lo que se llama una buena tapa. Contestó el Rey.
Así lo llamaremos.
De ello, el dicho

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