Tristes, muy tristes son los recuerdos que nos asaltan cuando pronunciamos esta expresión. Siempre que lo hacemos es para comparándola con cualquier otra contrariedad, dar a entender que esta de ahora es menor que aquella.
Mucha era la pérdida real efectivamente, de las llamadas –Colonias-, tanto de esta como la de – Las Filipinas – que ocurrió al mismo tiempo, pero de alguna manera el menoscabo económico era menor que el detrimento moral de la ciudadanía.
Tanto, que se consiguió hasta ponerle nombre: –El desastre del 98 –
Se trataba de una guerra entre una potencia emergente, moderna y rica, contra, nuestra España, que era entonces: decadente, antigua y pobre.
Recuerdo con respeto algo que de pequeño, le escuché a mi abuela:
¡Hijo! … con Cuba, perdimos la MAR de cosas: Moral, Armada y Respeto internacional. Era cierto, no teníamos muchas más cosas que perder…
Hasta se podían entender las ansias de independencia de los nativos, que curiosamente no fueron demasiado afortunadas, ya que, con seguridad, perdieron con el cambio de dueño, puesto que en eso consistió la coyuntura.
Aunque en nuestra desgracia, tuvimos con el heroísmo de un gran marino defendiendo nuestra posición, motivo de autentico orgullo. Se trataba del Almirante Cervera.
Hasta los propios mambises, los rebeldes cubanos, reconocen su valentía. Incluso Fidel Castro lo ha calificado de siempre como un verdadero héroe. Tiene monumentos y calles por todo el País, y tenía una en Barcelona.
Como es posible, que una especie de gusano, que tiene, “Cum lauden”, terminados los estudios de – activista – pueda permitirse impunemente llamar al Almirante: – Facha – habiendo fallecido en el año 1909
A ella, la conocemos, es “la Colau” no se puede esperar mucho más. La culpa, como siempre, de nuestros políticos que lo consienten.