Expresión muy conocida y empleada en nuestra lengua.
La usamos cuando queremos expresar que algo es excesivo, cuantioso y hasta exuberante o muy abundante. También a veces, para significarle a alguien que esta excediéndose en la disposición de algunas de nuestras pertenencias… ¿Te Crees que esto es Jauja…?
Pues bien, esto de Jauja… ¿De dónde viene? ¿Qué origen tiene?
En realidad es simple. Se trata de una ciudad del Perú. Exactamente, la capital de una región en el centro de aquel País llamada Jumin. Fundada por Francisco Pizarro en 1534, en la cual se estableció la Capital del Virreinato, hasta que años más tarde pasaría a Lima.
Región y ciudad que posee muy buen clima, tierras fértiles y gran vegetación. Pueda entenderse que los que de allí venían significaran las excelencias de aquellas tierras, sin embargo pensemos que eso no habría de ser suficiente para que de ello solamente pudiera surgir la expresión.
No, no fue así, ocurrió que un célebre autor de teatro, precursor y adelantado de nuestras grandes figuras del teatro en el Siglo de Oro, Cervantes, Lope de Vega o Calderón, llamado Lope de Rueda, es autor de un tipo de obras cortas llamados – Entremeses – que se representaban a modo de pasatiempo entre los actos de obras teatrales importantes. Uno de estos entremeses lo sitúa, posiblemente influenciado por los criterios de los que venían de aquellas tierras, en una ciudad ficticia llamada con ese nombre –Jauja-.
En aquella pequeña obra que tanto éxito tuvo, dos “listos” llamados Honzinguera y Panarizo, le quitan una cazuela de comida a un “tonto” llamado Mendrugo. Lo engañan, hablándole de Jauja donde las calles están empedradas de yemas de huevo, pasteles y lonchas de tocino…
Cuando mira, y ve la cazuela vacía…Dice: ¿Que hago yo ahora? ¡Pobre de mí…!. La culpa la he tenido yo, por creer que hay tierras donde se puede vivir sin trabajar.