La verdad es que esta expresión la empleamos bastante en nuestra vida diaria. Incluso hasta seguramente otra, que quiere decir lo mismo pero de mucha mayor contundencia y rotundidad, en la que en lugar de la nariz empleamos los órganos genitales masculinos… ¡Hala!
Bien es cierto, que sin llegar a ser tan tajantes, y hasta incorrecto, hay otras partes del cuerpo que podemos emplear para expresar el hecho de estar hartos de algo: la coronilla, el moño y algunos más.
En realidad no es más que eso. Expresar con ese simil que estamos hartos, repletos, saciados y sobrados de algo. Y de hecho y como su consecuencia inmediata, que nos cansa y no incomoda.
En nuestra Historia hay un ejemplo característico de ella y de quien la pronunció. Don Estanislao Figueras y Moragas
Catalán, nacido en Barcelona en 1819. Abogado y político que ejercía de Diputado, que incluso el hecho de votar a favor de un régimen republicano, en las Cortes de los tiempos de Isabel II, le llevó a ser encarcelado, situación que no llegó a producirse, ya que se exiló en Portugal.
Con el triunfo de la revolución llamada “Gloriosa” de Septiembre de 1868, que supuso el cambio de régimen, y el destronamiento y salida de España de la Reina Isabel II, vuelve a la vida política, y así mismo, con la renuncia de Amadeo de Saboya y proclamación inmediata de la Primera República, es nombrado por votación Primer Presidente de ella, en 1873.
La verdadera realidad, es incluso triste de manifestar, pero de una realidad ineludible. Le fue imposible gobernar por la fragmentación interna de opiniones incluso, dentro de su mismo partido político, y su consecuencia natural, es decir la crisis económica que estas controversias y luchas provocaban.
Sin decir nada a nadie, dejó una nota en su despacho, se acercó a la Estación de Atocha y…. En la nota ponía en catalán:
Els hi sere franc. N’estic fins als collons de tots nosaltres”