Escuché hablar bien de ti, pensé que habías muerto

Parece no ser un refrán ni un modismo, puede que sea solo una frase sentenciosa que he leído, y que me ha llamado la atención por su razón.
¿Será simplemente un efecto llamémosle, caritativo?
Puede ser. Se advierte en la vida real, cuando vemos a menudo que a los fallecidos se les otorgan una serie de alabanzas, congratulaciones y encomios que hasta puede ocurrir que a veces, sea merecidos.
Aunque ocurre que en ocasiones, a ciencia cierta estamos seguros de que no es así, y son absolutamente inmerecidos esos enaltecimientos.
¿Será solo eso. Caridad?
Entendiendo que ese, vamos a llamarle solo, desdichado aforismo de: -El que no está conmigo está contra mí-. Y aquel otro no menos desgraciado, de que: -El fin justifica los medios-. Sin compartir ninguno de ellos, por supuesto, es hasta posible ahora, pasados los años, que incluso sus propios correligionarios y simpatizantes de entonces, natural y exclusivamente, ahora en su interior, claro está, no podrán hacer ninguna alabanza, no ya de aquellos asesinos de ETA, que hasta de ellos podrían entenderse. No.
Hablamos de los instigadores, que eran los evidentes culpables.
“Movemos el árbol y así caen las nueces”….Decían. Y era verdad. Pero ¡Cuidado!…. en lugar de nueces caían semejantes…
Había algunos casos entre elllos, que hasta se trataba de personas consagradas a Dios en su llamémosle, Religión.
Es curioso, que se habló entonces, hasta admisiblemente de ellos, y siguen enterrados en sagrado. Es la palpable prueba de que solo la caridad es la que nos hace alabar personajes que no se lo merecen.
Queda muy claro con aquellos.
Son personajes de nuestra Historia. Mejor sin nombrarlos. Ya que, ni lo merecen.

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