Lo primero, aclarar de lo que se está hablando con la palabra -honda-.
Puede tratarse de una -onda- sin h: Perturbación de la superficie de un líquido. -Honda- con h: Tira de cuero que se usa para tirar piedras.
Aunque también es importante el significado de: -sopas-.
En el Diccionario encontramos como una de sus acepciones: Piedra de arroyo suelta, o guijarro.
El hecho concreto, es que ahora usamos como un modismo, esta expresión: -Dar sopas con honda- cuando queremos definir o manifiesta superioridad, mayor habilidad, y hasta mayor ventaja.
¿Su origen?… Está claro.
Se lo dice nuestro querido Sancho, el escudero del Hidalgo, explicándole a su señor como de importante es la habilidad para conseguir acertar con esa arma tan simple que es la honda, con una piedra en la cabeza de un oponente. Efectivamente eso sí que es una ventaja.
De muchas personas se podría asegurar con certeza, a lo largo de nuestra Historia que ha superado, dándole -Sopas con honda- a sus superiores jerárquicos, y la lista podríamos hacerla interminable.
Aunque de forma llamativa existe un ejemplo muy significativo en el que podemos fijar la atención. Se trata de un personaje importante: el Canciller Pedro López de Ayala. Político, historiador, poeta, y personaje de tal categoría intelectual y social que superaba ampliamente en todos los órdenes a los monarcas a los que estuvo a su servicio.
Fue caballero y consejero de cuatro reyes: Pedro I, al que llamaban el Cruel, Enrique II, llamado El de las Mercedes, Juan I, y Enrique III.
Sobre el primero, -el Cruel-, al que también llamaban el Justiciero, fue caballero y consejero, pero ocurría, parece ser, que no hacía caso a nadie. Y dice: Que los fechos de Don Pedro no iban de buena guisa y determinó partirse de él, con acuerdo de no volver más.
Se conocería ya entonces, hace tanto tiempo aquello de que: No existe peor sordo que el que no quiere escuchar.