Discusión bizantina

Nadie ahora tiene claro la trascendencia de esta expresión. La tomamos como algo banal, incluso sin importancia. Pero nada más lejano a la realidad.
Cuando la empleamos, es que queremos dar a entender que lo discutido en el momento, es algo que no responde a ninguna realidad tangible, que es indemostrable y por tanto que no sirve para nada.
Es más, hasta llega a tener en ocasiones un cierto matiz de sarcasmo, y hasta de ironía, al recordar la célebre fabula de los dos conejos que discutían si quien los perseguían eran galgos o podencos.
La división en tiempos del Renacimiento del Imperio Romano, en Oriente y Occidente, marcó aparte naturalmente de las políticas, diferencias religiosas fundadas en la interpretación de los dogmas del Cristianismo.
En el Imperio Oriental, que modernamente llamamos – Bizantino – surgieron multitud de herejías, hasta llegar al Cisma de Oriente con la separación de la Iglesia Griega, esta con sede en Constantinopla y la Latina en Roma.
Se ha dicho siempre, aunque posiblemente no lleguemos a saber con certeza la verdadera realidad, que eran tantas las discusiones sobre los Dogmas de la Iglesia en el Imperio Bizantino, que incluso no se enteraron de la llegada y del asalto de su ciudad emblemática, Alejandría cuando la estaban conquistando los otomanos…
Tenemos en España últimamente una discusión que hasta podríamos llamarla bizantina… Monarquía o República.
Son tantos los conceptos a tener en cuenta, las consideraciones, las valoraciones, los argumentos, los principios que hasta es posible que llegue a ser cuestión de gustos… Y sobre eso…
Puede llegar ser bizantina la discusión. Un amigo mío, siempre decía…
Desde luego, reconozcamos que la Monarquía es más barata, pero mucho, muchísimo más…

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One thought on “Discusión bizantina

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