Cuando pensamos en una pendencia o confusión, que se convierte en altercado, empleamos esta expresión. – Se armó la de San Quintín –
La verdad, es que la animadversión que nos tenemos los franceses y los españoles tiene motivos más que sobrados. Cuando cualquiera de las dos naciones ha tenido momentos de superioridad sobre la otra, lo primero ha sido intentar atacarla. Nos llevamos con los franceses, como suele decirse: ¡Como vecinos¡
Pero… ¿en función de que se emplea la expresión?
En recuerdo de la muy célebre batalla de ese nombre, precisamente contra los franceses, el día de San Lorenzo, 10 de Agosto de 1557. Hemos de reconocer que esta localidad francesa de San Quintín tiene sobre su suelo batallas importantes, la última en la Segunda Guerra Mundial, pero la expresión la que recuerda es aquella del siglo XVI.
Se trata de una más de las batallas en el trascurso de las llamadas Guerras de Italia. Francia permanecía absolutamente rodeada de territorios españoles y necesitaba eludirse de ello, y con la ayuda del Papa Paulo IV, un auténtico enemigo de todo lo español, resentido como milanés de la permanencia allí de los españoles, favorece que las tropas francesas de Enrique II al mando del l Duque de Guisa invadan Italia.
Estaba esperándolos, nada menos que el Duque de Alba…. A los franceses y al mismísimo Papa, pues eso…que los reventaron. Bueno, naturalmente el Papa no sabiendo que hacer, después… lo excomulgó
Y a Felipe II, se le ocurre como contestación invadir Francia por el Norte desde Flandes con un ejército de 60.000 hombres, al mando del Duque de Saboya. Se le llamaría desde entonces -el Prudente -, pero solo por no hacer caso de los que le recomendaban marchar sobre París, a muy poca distancia.
Las vueltas que da la vida, ahora Saboya es francesa desde 1860, y nosotros tenemos el Monasterio del Escorial como recuerdo.