Amigos al prestar y enemigos al devolver.

En la reflexión sobre esta expresión, como en tantas otras ocasiones hemos de referirnos al elemento que ha sido, y sigue siendo, ancestral, todopoderoso y anónimo protagonista de la historia del mundo. El dinero. Ese importante factor de nuestra vida que la modula y condiciona.
Puede ocurrir en ocasiones, que cuando lo necesitamos y carecemos de él podamos incluso pedirlo. Es un acto humano sometido naturalmente, a las reglas de la convivencia. Se trata de tomarlo y devolverlo, aunque entre las dos circunstancias, la segunda es menos felicitaría que la primera para el receptor del dinero, y todo lo contrario para el que lo adelanta.
Es por ello que podamos entender ahora, como puede ser posible que a todo un Emperador del Sacro Imperio Romano, un simple ciudadano vulgar y corriente pudiera decirle en público esta llamativa descortesía y hasta impertinencia:
“Es del dominio público y claro como la luz del sol que Vuestra Majestad Imperial no habría podido adquirir sin mí la corona imperial”.
Era nada más, pero también nada menos, que un banquero alemán de apellido -Fugger-, que había prestado el dinero suficiente al Emperador comprando sus llamados “Juros”. Práctica consistente que había puesto en circulación el Emperador, vendiendo esos “papeles” a los que entonces se comenzó a llamar – Deuda pública – para que de esta manera disimulada pero eficaz, le fuera prestado el dinero que necesitaba.
Cierto que estaba muy bien pensada esta técnica, ya que se sigue usando en la actualidad, cuando al igual que entonces compramos ahora los denominados – Bonos del Estado –.
No hay duda, de que han sido siempre los dueños de esas grandes cantidades de dinero gentes muy respetadas en todos los tiempos.
El gran diccionario del pensamiento humano que es el Quijote, ya nos lo dice: – Poderoso caballero es don dinero… –
En este caso que nos ocupa ahora, no estamos seguros de las devoluciones, pero lo que conocemos con seguridad es que se españolizó aquel apellido Fugger a Fucar, y si será importante, que hasta tiene una calle en Madrid.

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