Esta expresión estuvo muy de moda algún tiempo y posiblemente lo fuera por dos motivos, primero por ser una realidad, ya que define claramente en esa especie de sentencia la realidad de que efectivamente, todas las actividades humanas por extrañas que sean están ejercidas por personas, pero también puede ser, por la persona que la pronunció.
A lo largo de la historia de la tauromaquia, siempre ha existido una pugna entre dos ciudades Córdoba y Sevilla. Pues en este caso también.
Resulta que la anécdota que nos cuenta el hecho que puso en marcha el origen de la expresión que analizamos, ha sido siempre pronunciada por un torero sevillano: Rafael Gómez Ortega, “el Gallo”, hermano mayor de otro gran torero “Joselito” al que mató un toro en Talavera de la Reina.
Le habían presentado a Don José Ortega y Gasset, parece ser que en el Café Gijón, y cuando se enteró de su profesión de filósofo, con esa enjundia gitana pronunció la frase.
-Desde luego hay gente pa…tó-. Así parece que fue, hizo fortuna la expresión y por este hecho llegó hasta nosotros, se recuerda y se emplea.
Aunque también se le atribuye una frase muy parecida a otro de los llamados Califas de Córdoba: Rafael Guerra, “Guerrita” que consiguió a lo largo de su vida, merecida fama de ocurrente y enjundioso.
También a él cuando le aclararon en qué consistía la especialidad médica de un renombrado histólogo de visita en Córdoba, que no he podido constatar que fuera nuestro Premio Nobel, Don Santiago Ramón y Cajal, dijo: -Azi, ez er mundo, Hay gente pa…to-.
¿Serán los toreros los que con toda una vida jugando a diario con la muerte lleguen a adquirir esa profundidad y fundamento? Son expresiones también suyas: -Ca uno es ca uno-. -Lo que no puede ser, además es imposible-, -Más “cornás da el hambre- y otras muchas. Le preguntaron en cierta ocasión: ¿Miedo? Y contestó: -No sé, pero lo que sí sé, es que siempre me falta saliva en el “paseíllo”-.