Así no Señores, así no

Esta expresión la pronunció Don Gregorio Marañón, a los muy pocos días de proclamarse la Segunda República en España, el 14 de Abril de 1931.
-No es esto, Señores no es esto- Otra, expresión que pronunciaría Don José Ortega y Gasset en un acto en el llamado Cinema de la Opera de Madrid el 6 de Diciembre de 1931, solamente nueve meses después, en el trascurso de una Conferencia titulada – Rectificación de la República.-
Estos eran los pareceres políticos del momento.
Ellos dos, junto con el escritor y periodista ovetense Ramón Pérez de Ayala y el insigne poeta Antonio Machado, es decir posiblemente las mejores cuatro cabezas de aquel momento en España, con distintas tendencias políticas, pero eso sí, con las mejores voluntades, habían creado una plataforma cívica llamada: – Agrupación al servicio de la República – Estaba claro y evidente: España se había acostado monárquica y se despertaba republicana. Y el 14 de Abril de 1931, todo el País fue una fiesta. La alegría era desbordante y hasta delirante ¿Cambio de política? Sí. Las torpezas de aquella Monarquía, y hasta el abandono de su titular, representaban un nuevo esperanzador amanecer… – La República -.
Don José Ortega también decía en aquella conferencia: Que si se concede mayor riqueza y total autonomía a alguna provincia, esto la animará a “una campaña de nacionalismo, allí donde hasta ahora no ha existido”. Y que “el triunfo de la República no podía ser el triunfo de ningún determinado partido o combinación de ellos”. Tendría que ser la entrega del poder público a la totalidad completa, cordial y justa de todos los españoles en armonía y sin violencias de ningún tipo.
Se había creado entre los partidos llamados de “izquierdas” algo llamado entonces – Frente Popular -. El País ardía, se quemaban conventos, se mataban monjas, frailes y adversarios políticos, una verdadera lástima. Bueno, no, en verdad algo mejor expresado: -un auténtico horror-. Recordemos con profunda tristeza aquellas expresiones, que nos condujeron a los hechos más lamentables que le puede ocurrir a un pueblo. Una guerra civil.

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